“Aprender a tocar el chelo me hizo ser optimista en todo”
Constancia. Su amor por la música y un buen maestro le permitieron a Cristina Zatti, violonchelista, tocar con pasión un instrumento que le devolvió la autoestima y le permitió reconciliarse con el lupus.
A los 5 años empecé a estudiar piano y a los 12 comencé a sentir dolores en las muñecas. Mi papá, Jorge, que es médico, comenzó a llevarme a los especialistas pero ninguno daba con un diagnóstico preciso. Mis molestias en las manos seguían y a los 17 años comenzaron a realizarme infiltraciones. Cuando tomaba clases usaba muñequeras porque me dolían cuando las doblaba, se me hinchaban, se me ponían rígidas y me costaba cerrar la mano. Tomaba antiinflamatorios orales y por varios días tenía que dejar ambas quietas hasta que el dolor se aliviara. El desarrollo del lupus, en mi caso, fue m...