El famoso violonchelista estadounidense Lynn Harrell falleció el pasado 27 de abril, a los 76 años de edad, tal y como anunció su mujer Helen Nightingale en sus redes sociales: “Hemos perdido a un maravilloso padre, marido, ser humano”.
“Los cuatro hijos de Lynn – continúa Nightingale, su hermana, amigos y yo misma lloramos junto a aquellos que tuvieron la suerte de conocer su música, su ingenio y su humanidad. Fuiste el fin de una era, querido Lynn y te echaremos de menos más de lo que nunca podrás imaginar. Te amamos hasta la luna y de vuelta. Descansa en paz, querido, te lo has ganado”.
Hijo del barítono Mack Harrell y de la violinista Marjorie McAlister Fulton, Harrell nació en Nueva York el 30 de enero de 1944 y comenzó a estudiar el violonchelo a los 8 años. Su debut se produjo en 1981 en el Carnegie Hall con la Orquesta Filarmónica de Nueva York . En los inicios de su carrera profesional, Harrell mantuvo una estrecha relación con la Orquesta de Cleveland, de la que fue principal violonchelista entre 1964 y 1971, así como con su director, el húngaro George Szell.
En 1971 se produjo -de nuevo en Nueva York- su debut como solista, iniciando así una trayectoria que le llevaría a trabajar con muchos de los más importantes directores, solistas y orquestas del mundo. Harrell realizó también una importante labor docente en instituciones como la Royal Academy de Londres o la Juilliard School.
Harrell tocó durante muchos años un violonchelo Montagnana de 1720 que había comprado con el producto de la herencia de sus padres. Posteriormente adquirió un violonchelo Antonio Stradivarius de 1673 que había pertenecido a la recientemente fallecida Jacqueline du Pré. Finalmente se decantaría por un violonchelo de 2008 de Christopher Dungey.
En los últimos años, Harrell formó un trío de cámara con la violinista Anne-Sophie Mutter y el pianista Yefim Bronfman. Su última gira europea, en 2016, incluyó una escala en Madrid (Auditorio Nacional) en un concierto en el que interpretaron el Trío en Si bemol mayor, op. 97 de Beethoven y el Trío en La menor, op. 50 de Chaikovski.
Dirigió el Instituto de la Filarmónica de Los Angeles y tomó el relevo de Piatigorsky en la Escuela de Música de Los Angeles; en Londres fue catedrático primero y director de la Royal Academy of Music después. Su legado discográfico asceiende a decenas de grabaciones, con la RSO de Berlín y Riccardo Chailly en obras de Lalo y Saint-Saëns; Neville Marriner y la Cleveland Orchestra con Saint-Saëns y Schumann; Bernard Haitink y la Royal Concertgebouw tocando Bloch y Shostakovich; Ashkenazy y de nuevo la Cleveland en Don Quixote de Strauss; con Zubin Mehta y Pinchas Zukerman interpretando Brahms; o con André Previn y Anne-Sophie Mutter tocando Beethoven.
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