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Chelo set up introducción

Hay un amplio margen para mejorar el rendimiento de un violonchelo, adaptando su configuración. La puesta en marcha de un violonchelo abarca todas las partes del instrumento que se pueden adaptar a las necesidades individuales de un ejecutante, incluyendo las clavijas, cuerdas, cejilla, tastiera, mango, puente, alma, cordal, pica o puntal, barra armónica y la cerda del arco.

El primer (y menos costoso) nivel de trabajo de setup es centrarse en el arco y las cuerdas. Un cambio de cuerdas o volver a encerdar un arco puede revolucionar el sonido de un violonchelo, al igual que el pegado de zonas descoladas. Un buen alisado y revisión de la forma de la tastiera también se puede mejorar en gran medida la comodidad de un ejecutante y su afinación.

El segundo nivel de investigación es mejorar el violoncello en sí mismo mediante la instalación de un nuevo puente, preparado cuidadosamente por un especialista.

Un trabajo más radical es necesario para el tercer nivel, que incluye sacar y poner nuevamente el mango para corregir los problemas de elevación y alineación. Algunos instrumentos también se benefician de una barra armónica nueva, la cual controla la rigidez y el movimiento de la tapa en su conjunto.

Para una exploración más detallada de este tema, sigan leyendo:


Parte 1: Introducción a los beneficios del instrumento de buena puesta a punto

Una de las experiencias más memorables de los últimos años fue un encuentro con un violonchelista que, después de haber tomado parte en uno de mis talleres sobre la puesta en marcha, llevó su violonchelo a un “service” después de muchos años. Era un violonchelo Inglés bueno. El puente era muy viejo y en un ángulo bastante excéntrico, pero estaba perfectamente recto. Al principio era reacio a sustituir a este curioso sobreviviente, pero cuando me di cuenta de que su longevidad era el resultado de su gran grosor, el cambio resultó inevitable; el usuario se vio entusiasmado  ante la perspectiva de oírle tocar el instrumento con el nuevo puente, que iba a tener una mejor respuesta de seguro .

Cuando el dueño llegó a buscar el violonchelo, lo dejé en la sala de música para que lo pruebe. Cuando cerré la puerta detrás de mí, apenas comenzó  dejó escapar un grito de sorpresa ante la respuesta que recibió del violonchelo. Después pasó quince minutos intensos de ejecución, y cuando saqué mi cabeza por la puerta, exclamó: “Es como si hubiera estado conduciendo con el freno de mano en los últimos quince años!”

Esta historia ilustra el dramático efecto que una buena puesta a punto puede tener en el sonido de un instrumento y la facilidad de ejecución. Este y tres artículos más se dedicarán  a explorar la gama de problemas y soluciones que pueden ser enfrentados y solucionados por un luthier con experiencia en la creación de instrumentos.

Está el  instrumento funcionando con todo su potencial?

Desde el momento en que se apoya el arco sobre las cuerdas y comienza a moverse, el sonido depende no sólo de la calidad del instrumento, sino de la forma en que ha sido hecha puesta a punto. A continuación se presentan una breve selección de una lista casi interminable de preguntas que un ejecutante necesita hacer a un luthier para determinar si la puesta a punto está trabajando a favor o en contra del rendimiento y facilidad de ejecución en su instrumento.

¿Está la cerda del arco en buenas condiciones y en cantidad suficiente y con la necesaria cantidad de resina para que la cuerda vibre como corresponde? ¿Están las cuerdas libres de acumulación de resina y en buenas condiciones? Están estas cuerdas nuevas y elásticas, flexibles y con claro sonido? ¿Es la tensión de la cuerda controlada por una clavija de bien equilibrada, que se mueva con facilidad y se quede donde la ponen? Está la cuerda colocada de forma segura en el puente o está girando en una ranura de gran tamaño o atrapada en un profundo surco en forma de V? Está la superficie de la tastiera bien lisa, permitiendo que las cuerdas sean pulsadas con precisión o está su superficie desgastada en una serie de ranuras y protuberancias?

Está el puente recto y erguido, libre para desarrollar todas sus propias vibraciones internas, siendo lo que enlaza las cuerdas a la caja de resonancia? ¿O está curvado hacia adelante (o atrás) y dedicado a resistirse a las fuerzas que están intentando doblarlo en dos, en lugar de transferir las vibraciones a la caja? Está el cordal a la distancia correcta desde el puente para permitir que el puente tenga su libertad y para controlar la resonancia de las cuerdas entre el puente y el cordal? Está el cordal adecuadamente colocado y posee un peso adecuado para el instrumento? Está el puente en una buena posición y realizado especialmente  para el instrumento? Está el puente totalmente adaptado a todos los aspectos únicos de su instrumento o es sólo “lo que sostiene las cuerdas” ?

En el interior del instrumento, bajo las patas del puente, se encuentran bajo la barra armónica y el alma. ¿La barra armónica tiene la rigidez correcta, para poder transferir las vibraciones a la perfección a las extremidades de la tapa y sostener el puente de manera adecuada? Está el alma hecha de madera que suena bien, colocada con precisión y ajustada para optimizar y equilibrar la respuesta acústica del instrumento y adaptarse al ejecutante?

Estas preguntas dan una idea de la tarea que afronta ejecutante y luthier cuando se trata de sacar el máximo partido a un instrumento. La gama de factores puede parecer desconcertante al principio, pero todos ellos apuntan a una cosa: los instrumentos y los intérpretes son completamente únicos y requieren una puesta a punto diseñada específicamente para explotar las fortalezas de ese instrumento y disminuir sus debilidades con el estilo del ejecutante en mente.

En tres futuros artículos hablaremos con más detalle cómo estas mejoras puede aumentar el confort de un instrumentista y su desempeño. Mientras tanto, los siguientes tres estudios de casos ilustran una serie de diferentes maneras de sacar el máximo provecho de su instrumento.

Caso de Estudio 1

Un líder de un cuarteto de cuerda conocido quería vender su viejo violín del siglo 19 checo, ahora que tenía a préstamo un violín excelente. Él me pidió que trabajara en su viejo instrumento para eliminar un zumbido y para mejorar su respuesta, por lo que sería más fácil de vender. Me lo deja y yo elimino el zumbido (causado por una incrustación de oro suelta); también se ajustó el ángulo del cuello, se cortó un nuevo puente, se alisó la tastiera y se pegaron unas descoladuras. Le devolvi el instrumento y le deseé buena suerte con la venta.

Seis meses más tarde asistí a un concierto y descubrí  que estaba tocando el violín checo que yo había arreglado. Entre bastidores, descubrí que el instrumento de préstamo le había sido solicitado y que él había estado buscando un tiempo un reemplazo. Al final, había vuelto a ser sido feliz tocando su violín checo y su público había venido a felicitarle por el hermoso sonido de su violín, con comentarios sobre el “instrumento italiano antiguo” maravilloso que ahora estaba utilizando. Dos años más tarde, él todavía está utilizando este instrumento construido en la antigua República Checa, y  ha sido incapaz de encontrar otro violín que cueste menos de seis cifras y que suene tan bien como el suyo.

Estudio de caso 2

Un chelista profesional joven estaba  desilusionado con su instrumento, el cual adoraba cuando lo compró. Una serie de problemas había surgido, como una mala proyección, e inconvenientes con las cuerdas La  y Re  que se mantenían obstinadamente fuera de tono, incluso con cuerdas nuevas. Varias cosas estaban claramente mal seteadas y me puse a trabajar alisando la tastiera, que continuó con la colocación de un buen puente bien afinado y ajustado en sus patas, y la cadena se puso calibrada en su sitio.  Le entregué el violonchelo una semana más tarde, con la esperanza de que notara una mejoría. Tocó un rato con un aire cada vez mayor de satisfacción y luego con un suspiro de alivio, dijo: “Que suerte, es un cello bastante bueno después de todo!”

Estudio de caso 3

Un violinista con experiencia trajo a su violín inglés con aire de derrota, diciendo que sonaba horrible. No estaba del todo claro cuál era el problema, pero he encontrıé enseguida algunas descoladuras y las irregularidades habituales de la tastiera, lo que parecía un buen punto de partida. Unos días más tarde con la puesta a punto realizada, el violín era todavía “horrible y duro”. Varias adaptaciones a posteriori de sonido se intentaron sin éxito. Era el momento para poder familiarizarse con la historia del violín.

Resultó que el ejecutante había poseído el violín desde hace más de veinte años, pero un par de años atrás, había encontrado las alturas de cuerda inadecuadas y  había hecho realizar un nuevo puente. Esto le había conducido a interminables experimentos con cuerdas e incluso la compra de un nuevo arco (lo que empeoró la situación). Parecía que los problemas con el instrumento se habían manifestado después del cambio de puente, y sin embargo, nunca se habían atribuido al nuevo puente. Afortunadamente todavía tenía su puente viejo, así que lo tomé, lo readapté y lo puse otra vez en su sitio. A partir de ese momento, volvó a estar feliz con el violín de nuevo!

Continuará