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La escena del cello en Uruguay

Por: ADRIAN BORGARELLI
adrian.cello@hotmail.es

Tengo 22 años, soy del interior y hace 5 años que estoy en Montevideo, y no tengo muchos registros de muchos cellistas uruguayos.
El mas antiguo que conozco, y conocido como grande en su tecnica fue Oscar Nicastro, un gran virtuoso del violoncello uruguayo. Nace en el año 1894 y fallece en 1971.
Estuvo viviendo en Napoles desde muy pequeño, donde estudió y dio su primer concierto con orquesta a los 10 años. A los 12 años es admitido en la escuela superior de musica de Berlín, estudiando con Haussmann y Becker.
Años mas tarde se radica en Uruguay otra vez, viajando constantemente a Estados Unidos y Europa (actuando como solista). A la edad de 30 años se translada a Buenos Aires, fundando un conservatorio: Gorin-Nicastro.
Dejó tres grandes alumnos: Oliver Ibani, Addiego -recientemente jubilados- y Lyllian del Puerto.
Otro cellista destacado en Montevideo es el maestro Pedro Laniella, argentino -también recientemente jubilado. Fue, por muchos años, primer cello de la orquesta del Sodre, y luego pasó a formar parte dell conjunto de cámara del Sodre. Además de esto fue primer cello de la Banda Sinfonica Municipal de Montevideo. Fue quien formo a la mayoría de los violoncellistas nacidos en Uruguay; mi maestro, Fernando Rodrigues, fue alumno de el tambien, y los que revistan en las filas de las orquestas son todos alumnos de el, exceptuando a Rodrigo Riera y yo que somos alumnos de su discípulo, Rodrigues.
Actualmente, los violoncellistas solistas son Roberto Martínez del Puerto (quien fue uno de los profesores de II Academia de Cello de Invierno 2008 en Misiones. y que actualmente ocupa el cargo de suplente de solista de la OSSODRE), y Virginia Aldado (solista de la OSSODRE). Ellos son los que brindan conciertos con orquesta para violoncello en la actualidad en mi país.

En cuanto a la situación cultural de mi pais,Uruguay, digamos que estamos en bancarrota. No hay apoyo para la cultura, los sueldos en las orquestas son muy bajos. Nosotros, que vivimos de esto, tenemos que estar en dos orquestas para poder sacar un sueldo apenas decente: la fila de cellos de la orquesta del Sodre es la misma integración que la de la orquesta filarmonica de Montevideo.
Los musicos en general estamos obligados a hacer mútiples trabajos. Por ejemplo, hay compañeros que tienen las dos orquestas, el Conservatorio Municipal, y la Escuela Universitaria de Musica, con el fin de poder llevar un plato de comida digno para sus hijos. Supongo que es una realidad de América del Sur.

Nota de Argencello: No te equivocás, Adrián, es una realidad. Y allá, al menos, no existe un decreto miserable como el infatuo decreto de incompatibilidad, sancionado por una dictadura infame en Argentina en 1961, para manejar a su antojo las ubicaciones estatales de los supuestos “agentes” de la subversión, que no eran más que políticos a los cuales no se les permitía hacer política.
Ese maldito decreto dice sencillamente que no se puede tener dos puestos públicos, y como bien sabemos, en nuestros países los músicos vivimos a base de puestos públicos. Como la realidad nos dice que un trabajo no alcanza, todo el mundo busca otro, poniendo de esta manera la cabeza en una guillotina que los políticos amagan con bajar cada vez que reclamamos mejores condiciones. Y eso que, comparados con Uruguay estamos un cachito mejor. Este decreto contempla en sucesivas revisiones (no hubo revocación, seguramente porque los gobiernos actuales comparten con las infames dictaduras la misma necesidad de poder apretar los testículos de quienes les molestan) que se pueda hacer una excepcion en cada sección de la administración pública. Los veterinarios, los croupiers de los casinos, los choferes de camiones, por ejemplo, que trabajan en el estado, tienen esas excepciones y por lo tanto pueden ocupar más de un puesto. Los músicos, al parecer, no tenemos la categoría social de estos empleados, y por lo tanto, no merecemos una excepción, según parece para los pasados y actuales secretarios de cultura (con todas las letras, el actual de la Nación, Nun, por ejemplo). Pensamos que, tal cual, y siendo como son políticos de mala madera, les conviene tener esa herramienta para apretar al honesto trabajador de la cultura (no como ellos, advenedizos en busca de un puesto para mantener sus privilegios).

Ojalá que la situación cambie, es muy injusto que por los vaivenes de los gobiernos los artistas estemos castigados de tal manera, siendo como es que nuestro trabajo es valorado por la simple población. Ellos sí entienden y disfrutan nuestra tarea, tan importante digamos, como la de un maestro, y ya se ve en nuestros países como los estados tratan a sus maestros…sin palabras.